Cuando un niño o adulto lleva poco tiempo jugando al ajedrez necesita obtener una gran ventaja de material para ser capaz de convertirla en victoria.
Algunos principiantes pueden tener problemas para materializar su ventaja incluso teniendo una dama de ventaja. Conforme el jugador va progresando, será capaz de ganar partidas a partir de ventajas no tan grandes como una dama de más.
En los comentarios de partidas de ajedrez de libros y diferentes publicaciones se puede leer con frecuencia la expresión "con ventaja decisiva". Con ello se quiere decir que con juego correcto no debería escaparse la victoria, a partir de determinada posición en la que existe una ventaja material o posicional.
Los mejores jugadores de ajedrez del mundo son capaces de materializar mínimas ventajas posicionales, es decir, pueden imponerse sin demasiados problemas a partir de posicones en donde, aunque no tengan material de más, tal vez se hayan apropiado de una fuerte casilla, o hayan debilitado la estructura de peones del rival o hayan obtenido una fuerte iniciativa.
Pero por supuesto, para el resto de humanos que no pertenecemos al selecto grupo del ajedrez de élite, ganar una partida con lo que se denomina "ventaja decisiva" no siempre es una tarea fácil. En realidad, como vamos a ver, tampoco siempre lo es para los mejores del mundo. La cuestión es que tanto para los niños como para los adultos resulta especialmente doloroso perder una partida que teníamos ganada. Para empezar diremos que, del mismo modo que para un principante que ya lleve algún tiempo en contacto con el ajedrez ganar una partida con dama de más puede resultar más o menos sencillo, un jugador de club casi siempre puede hacerlo con tan sólo un par de peones (siempre, por supuesto, que no existan otros factores, como compensaciones por ataque o apuros de tiempo). Un jugador de torneos que no sea maestro tal vez simplemente necesite un peón, y normalmente un maestro no tendrá problemas para imponerse con tan sólo un peón de más o alguna ventaja posicional importante. Por supuesto todo esto no siempre es tan sencillo y existen muchas excepciones.
Pero, ¿qué necesita aprender un jugador para saber imponer sus ventajas? Comentaré 3 factores que creo que pueden ser importantes. Se dice normalmente que para convertir las ventajas en victorias debemos tener "buena técnica". ¿Qué es un jugador con técnica? ¿Qué necesita saber o comprender?
1.- CONOCIMIENTO DE LOS FINALES.
La mayoría de partidas van evolucionando hasta llegar a su fase final. El conocimiento de los finales más importantes ayudará al jugador no solamente a saber jugarlos correctamente cuando se presenten, sino a saber simplificar y llegar a ellos a partir de otras posiciones. El conocimiento de los finales incluye también el aprendizaje de los recursos defensivos típicos del bando débil (fortaleza, temas de ahogado, finales teóricos de tablas a pesar del material de menos, etc).
2.- BUEN CÁLCULO DE VARIANTES.
El cálculo es fundamental en todas las fases del juego, pero seguro que lo necesitaremos para saber materializar nuestras ventajas sin que se nos escapen detalles importantes. Por eso es tan importante practicar y hacer ejercicios, la mente es un motor que debe estar siempre "bien engrasado". Por eso en nuestra revista Capakhine tratamos de ofrecer bastantes posiciones y ejercicios con las que los niños puedan trabajar y mejorar su cálculo y su técnica.
3.- EXPERIENCIA.
Dicen que la experiencia es un grado, y en ajedrez no es una excepción. El jugador que no esté habituado a jugar largas partidas que requieran un alto grado de atención y precisión, no se desenvolverá igual de bien cuendo llegue el momento que el jugador experto. Saber gestionar el tiempo y no caer en el desánimo ante las defensas precisas del rival es fundamental, y con la experiencia ganaremos en ello.
Pero como decía anteriormente no siempre es sencillo imponer las "teóricas" ventajas decisivas y como muestra veamos un par de partidas disputadas recientemente en la Copa del Mundo, que se celebra en Baku. En ambas partidas el jugador que tiene una calidad de ventaja (ha ganado una torre a cambio de un caballo) no consigue imponerse. Kramnik empata y Leinier Domínguez incluso acaba perdiendo. Ambos tenían "ventaja decisiva", pero sus rivales se defendieron ferozmente. Como dice la canción, "la vida te da sorpresas...sorpresas te da la vida..."