Uno de los primeros mates que se les enseña a los niños que aprenden ajedrez es el Mate del Loco, que muestra mejor ningún otro las debilidades que provoca el avance del peón f y del peón g cuando tenemos nuestro rey en el centro. Es el mate más rápido del ajedrez y se produce tras las jugadas 1.f3 e5 2.g4 Dh4.

Evidentemente se trata de un mate muy elemental, que conocen practicamente todos los niños que tienen una mínima experiencia en el ajedrez. Aprender este tipo de mates no debe servir únicamente para tener la posibilidad de ganar una partida en pocas jugadas contra rivales de poco nivel, sino que debería servir para aprender a reconocer el tipo de debilidad que se produce con el avance de los peones laterales cuando aun no hemos enrocado.

Este tipo de debilidades no solo se producen, como algunos podrían pensar, en partidas entre aficionados de un nivel muy elemental. Existen variantes en algunas aperturas, jugadas incluso por jugadores del más alto nivel, donde este tipo de debilidades aparecen. No se trata obviamente de que los jugadores que permiten estas debilidades en su posición no las conozcan, sino de que asumen la creación de estas debilidades porque esperan encontrar otro tipo de compensaciones y permanecerán atentos para no dar la oportunidad al rival de aprovecharlas. Siempre es delicado, por supuesto, y los jugadores que entran en ese tipo de variantes corren sus riesgos, por lo que no es extraño encontrar en alguna ocasión alguna partida al más alto nivel donde un jugador castiga la osadía de su rival de quedar con el rey en el centro y con estos peones laterales avanzados.

En la partida de ayer entre So y Aronian asistimos a una de esos duelos espectaculares en donde las blancas permiten el aprovechamiento de la diagonal e1 - h4, que acabó ocupando la dama negra con lo que el rey blanco no tuvo más remedio que comenzar a deambular por el centro ante el ataque preciso de las piezas negras. Una partida que nos muestra como incluso al más alto nivel se puede llegar a ver ejemplos de este tipo. Aunque la partida es muy complicada en las variantes concretas que se podrían haber producido, la esencia del ataque negro sí que se entiende fácilmente. Los niños aprenderán con este tipo de partidas los peligros de renunciar al enroque y los problemas que pueden aparecer con el avance de los peones laterales cuando el rey se halla en el centro.

Para familarizarnos con los mates e ideas tácticas que aparecen en estos casos os dejo con un vídeo que grabé hace tiempo dedicado a este tema, destinado a niños y adultos que aprenden ajedrez y que todavía tienen un nivel más o menos básico. También os dejo más abajo el visor con la espectacular partida de ayer entre So y Aronian.

 

 

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