Crear un buen repertorio de aperturas de ajedrez no es fácil para un niño (tampoco para un adulto), sobre todo en los casos en los que no cuentan con un monitor de ajedrez o un profesor en su club que los guíe en esa ardua tarea. Muchos niños que practican el ajedrez juegan determinadas aperturas sólo porque se las han visto jugar a alguien, o porque en cierta ocasión la probaron con éxito y quieren volver a repetirlo.

 

Ya hemos hablado anteriormente en este blog sobre cómo enseñar aperturas de ajedrez a los niñosaperturas de ajedrez a los niños, incluso hemos recomendado algunas que resultan especialmente fáciles para los niños, como en la entrada en la que ofrecíamos algunas posibilidades para las blancas y otras aperturas sencillas para jugar con negras. Evidentemente hay muchas otras posibilidades que las que expusimos en aquellos artículos, pero en el de hoy vamos a hablar de aquellas que no son especialmente recomendables, y de las que deberían huir para no crear un repertorio de aperturas poco útil y, sobre todo, que no ayude en el aprendizaje del ajedrez. Y es que no basta con jugar aperturas con las que llegar a buenas posiciones, sino que el jugador que está en periodo de aprendizaje, especialmente los niños, deberían practicar aperturas ricas estratégicamente, que les ayuden en su evolución como jugadores de ajedrez.

Y, ¿cúales son entonces esas aperturas poco recomendables?. Para empezar me gustaría insistir, como ya he hecho en ocasiones anteriores, en que no suelen ser muy recomendables los gambitos de dudosa reputación en los que se ofrece un peón a cambio de ciertas complicaciones con las que se tratará de ganar la iniciativa o, incluso, de hacer caer al oponente en alguna trampa o celada. Muchas de esas aperturas y gambitos están sencillamente refutados y no se debe entrar en ellas sólo porque tengamos la esperanza de que nuestro rival puede caer en el truco, porque en la mayoría de casos si nuestro rival no cae en la trampa podemos quedar en una posición desagradable. Algunos ejemplos de este tipo de gambitos o aperturas de ajedrez dudosas pueden ser el Gambito Letón (1.e4 e5 2.Cf3 f5), el Gambito Danés (1.e4 e5 2.d4 exd4 3.c3), el Gambito Blackmar-Diemer (1.d4 d5 2.e4) o simplemente aperturas poco ortodoxas como el Ataque Grob (1.g4) o la Apertura Sokolvsky (1.b4).

El problema principal por el que no recomiendo aperturas de ajedrez de este tipo es porque con ellas no se llega normalmente a estructuras de medio juego típicas, cuyo aprendizaje es fundamental a la hora de progresar en ajedrez e ir enriqueciéndonos estratégicamente. No significa que no se pueda ganar con ellas, seguro que en las bases de datos abundan las partidas en las que se han empleado con éxito, pero tan sólo entiendo que se puedan jugar de una manera esporádica, tal vez en partidas rápidas, o en todo caso en partidas amistosas por internet.

Por cierto, no me gustaría que se entendiera que trato de dar a entender que todos los gambitos son malos. Sacrificar un peón en la apertura puede ser una estrategi perfectamente jugable y el Gambito de Dama puede ser un magnífico ejemplo de ello. Gambito Volga o Gambito Budapest, puede formar parte perfectamente del repertorio del jugador (aunque este último lo recomendaría solamente para jugar de vez en cuando y no para que forme parte del repertorio principal del jugador). Simplemente quiero hacer hincapié en lo importante que es crear un repertorio de aperturas buenas y, en el caso de los niños, a ser posible sencillas de aprender y entender.

Otro factor importante que suelo comentar a la hora de crear un repertorio de aperturas de ajedrez es lo importante que resulta que las aperturas elegidas sean consecuentes con el estilo y características del jugador. Un jugador que se sienta cómodo con la iniciativa y tenga cierta habilidad en posiciones de ataque, no debería por ejemplo jugar esquemas basados en 1.c4 + 2.Cf3 + 3.g3 + 4.Ag2 + 5.0-0. Seguramente sería mejor que empezara la partida con 1.e4 y buscara posiciones abiertas donde sacar provecho de su habilidad táctica. En cambio un jugador más posicional que sienta más cómodo en posciones cerradas, o por lo menos posiciones más lentas, de un carácter más estratégico que táctico, sí que podría usar el tipo de esquema descrito.

Una tarea que recomiendo a los jugadores de ajedrez (niños o adultos) es que miren las aperturas que juegan los jugadores de élite que tengan un estilo más parecido al suyo, salvando obviamente las diferencia de nivel. Lo que está claro es que los mejores jugadores de ajedrez del mundo ponen en práctica buenas aperturas (observemos lo poco frecuente que sería encontrar aperturas marginales como las que describimos anteriormente en estos jugadores top) y seguro que puede inspirarnos conocer esas aperturas.

 

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